Tenemos el programa que se llama SHG* en la zona de Banane con mas de 20 grupos y en 2 grupos en Puerto Príncipe.
Cada grupo se reúne una vez por semana y planifica un programa de ahorro. Cada participante (en este caso mujeres) se compromete en aportar cierta cantidad de dinero semanalmente, cuya suma se escribe en su propio ‘libro bancario’. El dinero lo mantiene la secretaria electa del grupo y esta disponible para ser sacado cuando la participante así lo desee. A la par con los ahorros individuales – también hacen una aportación a la cuenta general. Este dinero es usado en caso de que alguien en el grupo tenga una emergencia y requiera de un préstamo. Esto sirve como una red de apoyo/seguridad para los miembros del grupo. En
cada reunión el SHG discute las raíces subyacentes de la pobreza, su
habilidad para superarlo y los miembros se apoyan entre si para buscar
opciones para crecer o sobre llevarla. Parece un sistema simple pero es increíblemente poderoso.
En Banane se han organizado cerca de 1,000 mujeres y los resultados son increíbles.
*Self-Help Groups (SHGs) ayudan a mejorar la situación. Los miembros del grupo experimentan la solidaridad y la autonomía y el desarrollo de confianza en sí mismas. Auspiciado por Kindernothilfe (KNH), ONG alemana
En una reunión de alrededor de 300 mujeres, ellas hablaron del efecto que el SHG había tenido en ellas y en sus familias. Una participante dio el ejemplo de cómo luego de tan solo 6 meses ella pudo tomar su dinero e invertirlo en un puesto de venta de hortalizas. Comenzó guardando 14 centavos a la semana hasta llegar a $2.00 y ahora tiene 3 puestos donde vende vegetales.
Otros ejemplos:
· Su hija falleció y logro comprar el ataúd
· Comprar zapatos para sus hijos
Todas hablan con mucha emoción de la importancia del grupo – la diferencia que ha hecho saber que no están solas en sus luchas/esfuerzos, y cuan mas fuertes se sienten como mujeres y la habilidad para demandar cambios. Se ayudan mutuamente y se motivan para continuar adelante – juntas han logrado cambios sustanciales en su comunidad.
Uno de los ejemplos que compartieron era la dificultad de conseguir vender su mercancía. Tenían que cruzar la frontera y vender en la República Dominicana, que era un viaje arduo y desmoralizante. Después de discutirlo entre ellas fueron al alcalde y solicitaron comenzar un mercado en su propio pueblo.
Los grupos SHG comienzan con la guía de una ONG y eventualmente serán las propias mujeres quienes se harán cargo.
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